“MIS PERIPECIAS CON LA MEDALLA, y otras”

Hola a todos, voy a relataros las experiencias que viví, relacionadas con la medalla del Sahara y otras posteriores, como quiera que me conozco, y sé que me alargaré en mi exposición de los hechos, pido disculpas de antemano.

Me licencié a finales de Septiembre o principios de Octubre de 1.976, incorporándome inmediatamente al trabajo – trabajaba por aquel entonces, en una empresa de venta de material de construcción – además de otros trabajos era el encargado de atender a los “compras” de las distintas Unidades de la ciudad, (unas catorce) y creí reconocer a un sargento de la legión, que efectivamente me dijo que en año 75, estuvo destinado en Smara, como quiera que yo iba todos los días a ver el cine en el cuartel del Tercio (me costaba cinco pesetillas), seguramente me cruzaría con él en algunas ocasiones y por eso me sonó su cara.
A partir del mutuo conocimiento establecimos una cierta amistad, y cada vez que venía de compras, charlábamos sobre el Sahara en general. Sobre finales del año 78, me vino diciendo lo siguiente: “oye, vamos a pedir las medallas para los lejías, ¿quieres que te pida la tuya?” FUE MI PRIMERA NOTICIA DE QUE NOS HABIAN CONCEDIDO LA MEDALLA DEL SAHARA. (Aunque me parece recordar (dichosa memoria, tengo bastantes lagunas) que en el patio de armas del Canarias 50, cuando nuestros mandos, nos referían que Tropas Nómadas desaparecía, que nos íbamos para casa licenciados (Joder yo con solo seis meses de mili y licenciado, pedazo de alegría), que NOS HABIAN CONCEDIDO UNA MEDALLA (yo entendí que era colectiva) y entre otras cosas que la ropa de Tropas Nómadas se nos regalaba), por supuesto que le dije que sí, muy ilusionado y orgulloso, TOMA YA, NOS HABIAMOS GANADO UNA MEDALLA, seguramente, algunos compañeros con más méritos que yo.
Pasados unos veinte días apareció con la medalla, y me dijo que a los lejías, como estaban en activo, la Unidad se las pagaba, pero como yo ya no era militar se la tenía que pagar, que eran 3000 pesetas, [joder tíos, estuve a punto de decirle que el Ministro de Defensa se la metiera por el c……, pero la tenía en mi mano, me gustaba, y quería tenerla, así que se la pagué. (Estas son las imágenes de la medalla que me fue entregada).


Como quiera, que era civil, y que no pensaba que podría usarla nunca, acabó en un cajón de la mesita de noche (Por supuesto que antes se la enseñé a familiares y amigos).
Más tarde el 1 de Marzo de 1.979, ingresé como personal civil, en el Hospital Militar de Ceuta, allí conocí algunos militares que habían estado en el Sahara, en distintas fechas, y en algunas ocasiones, pues hablamos de la famosa medalla, que seguiría bastante tiempo más en su retiro (el cajón)
En Diciembre de 1990, fui destinado al CUARTEL GENERAL DE LA COMANDANCIA GENERAL DE CEUTA, aquello se parecía más a un cuartel que el hospital de donde procedía, en el hospital llevaba el Ngdo. de personal, y aquí me destinaron a la 3ª Sección de estado Mayor, ahí si que aprendí temas militares, confección de programa semanal de instrucción de las Unidades, aprobación de los distintos proyectos de maniobras a realizar por la Unidades, Cursos de Conductores, Periodo Básico de Instrucción (hasta que se acabó la mili obligatoria), competiciones deportivas-militares, y un largo etc. que por lo distinto y dinámico me gustó, hasta tal punto que me impliqué, en desarrollar mejoras (pocas), y hacer mi trabajo lo mejor que sabía hacer y un poco más si cabe, tanto que a finales del año 92, el Coronel Jefe de Estado Mayor, me felicitó personalmente, y creo que a consecuencia de ello, en febrero del año 93, me concedieron y me impusieron la CRUZ AL MERITO MILITAR CON DISTINTIVO BLANCO. Esta, si que no tuve que pagarla, estaba destinado en una Unidad Militar, “superorgulloso” también por esta medalla, y que distinta situación. La que yo creía que era la del Sahara, me fue entregada a cambio de un pago, esta otra me fue impuesta por un General y en un Acto Oficial, junto con otros condecorados, el General de grato recuerdo, fue EL EXCMO. SEÑOR COMANDANTE GENERAL DE CEUTA, D. RAFAEL BADA REQUENA (uno de los mejores generales que he conocido, desgraciadamente hoy fallecido) gran persona, tanto militar como humanamente hablando, [sirvan estas líneas como homenaje a su persona] de tan grato recuerdo en la ciudad, que posteriormente se le puso su nombre a una calle.
Tan orgulloso estaba, que le pregunté a un comandante destinado en la 1ª sección – al que había ayudado en algunas ocasiones, por mis conocimiento sobre temas de personal – si la podría lucir junto con la del Sahara que poseía, “por supuesto que si, me contestó, ¿también tienes la del Sahara? Me la tienes que enseñar. Cuando vio la medalla, sonriendo me dijo “ tu no tienes edad para estar en posesión de esa medalla, no es la del Sahara, te lo digo con certeza, pues a mi padre se la concedieron en año 58, cuando se entregaron las posesiones de Sidi-Ifni, cuando le conté lo del sargento del Tercio, me dijo que me había engañado doblemente, primero por la medalla y segundo porque en aquellas fechas (año 78) la medalla valdría entre 300 y 500 pesetas (maldit……..sargento, pensé.) Bueno dame unos días que averiguaré si te solicitó la del Sahara. Al par de semanas me informó, que seguramente, el valiente sargento, ni la solicitó, puesto que me había sido concedida (no recuerdo las palabras exactas que usó, pero me dio a entender que el Coronel de Tropas Nómadas hizo la propuesta y que me fue concedida sin necesidad de petición alguna, antes de la disolución de la Unidad, y también me dijo, no te preocupes que te la buscamos y esta vez no te va a costar nada pues te la va a regalar el Cuartel General, así fue, pasados unos días, me la entregó y me deseó que la luciera con orgullo, y así lo hago desde entonces.
Posteriormente, (julio del 2000) fui destinado al Acuartelamiento “Coronel Galindo”, sede del Regimiento Acorazado de Caballería “Montesa 3” , me designan para desarrollar mis labores administrativas en la Habilitación. También tuve que aprender de nuevo, un trabajo muy distinto al de la 3ª sección de donde procedía, en esta labor se trata de gestionar una empresa, que no genera beneficios, bien al contrario, recibimos unos créditos a primeros de cada año y hay que gestionarlos para que duren todo el año, compras, control de proveedores, bancos, pagos y justificación de los mismos, también me gustó el trabajo a desarrollar, y como no, también me implique en mis labores, tanto que durante el año 2005, fui felicitado por escrito por el Comandante General de Ceuta, “por su esfuerzo, e implicación en los trabajos de la habilitación del Rgto. Montesa, sobre todo por su labor durante la Inspección realizada por el Centro Financiero de esta Comandancia, me complazco en felicitarle por su labor y a tenor de no se que Orden Circular (está en el escrito), ordeno se anote en su Hoja de Servicios”, más o menos ese es el texto que recibí, y que en su momento agradecí, pues siempre viene bien que te reconozcan la labor que realizas, lo que no esperaba es que a finales de ese año, se me concede otra CRUZ AL MERITO MILITAR, y en Febrero del 2006, en los Actos de celebración del 300 Aniversario de la creación del MONTESA, se me impone la citada Cruz, esta vez, me fue impuesta por un familiar del Rey (creo que un primo), no se expresar la emoción que sentí, yo, un civil, con tres medallas militares, sigo luciéndolas en mi pecho en cada Acto. al que asisto, y no os podéis imaginar la de aperturas de boca que se crea entre los militares cuando me ven lucir las medallas, algunos –la mayoría- me felicitan de buena fe, pero a otros, creo que les jode , pues tíos, ME QUEDAN ONCE AÑOS PARA JUBILARME.


Estas son las medallas, que luzco con orgullo, cada vez que se me presenta la ocasión, las miniaturas se usan en Actos de Gala y Gran Gala.
Fin del relato, quizás me haya servido de autoestima, y a vosotros de entretenimiento, pero lo cierto, es que no me considero mejor trabajador que otro, solo soy un chupatintas cualquiera, que ha estado en el momento y lugar oportunos.

Montero Díaz, Luis Miguel. 13-07-2007.
ATN.
Smara, Bu Cráa. 1975