“KOREA” Y LA “MILI”
Nuestro amigo AGUSTIN RIVERA SANCHO, (q.e.p.d.) apodado “KOREA” nació en la villa marinera de Vinarós, en el seno de una familia humilde. A su debido tiempo fue “quintado” para realizar el Servicio Militar Obligatorio con la categoría de “UTIL” y el año 1971 el resultado del sorteo de destinos quiso que el suyo fuera una de las colónias que España administraba en aquella época, la provincia del SAHARA ESPAÑOL, ubicado en lo que se denominaba AFRICA OCCIDENTAL ESPAÑOLA (A.O.E.), donde debería cumplir sus deberes pátrios durante el año 1972.
En enero de 1972, “Korea” llegó via aérea, desde Madrid, prévio recorrido férreo Vinarós-Castelló-València-Madrid, a la capital de la provincia de destino EL AAIUN, de unos 10.000 habitantes en aquella época, sin contar la población militar, situada a 23 km del litoral marítimo y dotada de un modesto, pero eficaz aeropuerto con conexión directa diaria a Madrid con un avión reactor Caravelle. Tuvo su periodo de instrucción y adaptación, con todas las novedades y descubrimientos que comportaba ver por vez primera: el desierto (EL GRAN DESIERTO DEL SAHARA). Durante los primeros meses de 1972 fue recluta en el BATALLON DE INSTRUCCIÓN DE RECLUTAS Nº 1, donde la finalidad de instrucción y adaptación, fue completado y culminado con la Jura de fidelidad a la bandera. Como, en su momento, manifestara que entre sus conocimientos laborales figuraban actividades de la mar sin tener posesión de la Cartilla Naval, concretamente la de pesca, fue destinado con la categoría de marinero a la COMPAÑÍA DE MAR DEL SAHARA, ubicada en Playa del Aaiun, unidad que por aquellas fechas comandaba el capitán de Infantería D. Enrique Suárez Colorado, que siempre le tuvo, junto con el resto de los mandos, en una gran comprensión de sus características particulares.
Era “Korea” una persona de carácter muy inquieto y nervioso, que le originaban frecuentes dolores de cabeza. No tardó ser pronto asiduo visitante de las consultas médicas que se realizaban con el teniente médico titular del vecino Batallón de Cabrerizas (disciplinario), por motivos de fuertes dolores de cabeza y un estado nervioso constantemente inquietante. Le llegó al teniente médico referido, el momento de exponer la delicada situación, a sus mandos inmediatos y llegar a la conclusión de la necesidad de enviar al marinero “Korea” a la Sala avanzada del Hospital Militar de Las Palmas en el Aaiun, ubicado en el cuartel del Grupo de Sanidad del Sahara, para su análisis y estudio. Después de una corta estancia en el referido centro y concluidas las pruebas correspondientes, fue remitido a su destino en la Compañía de Mar del Sahara, optando los mandos de la referida unidad por estructurarle una vida pasiva dentro de la unidad, según criterio escogido por el propio “Korea”, sin prestar servicios con armamento.
Siempre estaba presto al compañerismo, lo que le granjeó gran estima y comprensión de sus compañeros hacia su persona. Número uno en las actividades deportivas del acuartelamiento. Aun recordamos que durante el Campeonato Deportivo Militar Provincial, en la prueba de atletismo, nuestro compañero e ídolo, salió disparado como un proyectil sin ser alcanzado por nadie en la competición. Su ímpetu se lo permitía.
Pasado el tiempo y sin que se apreciaran progresos positivos en su situación personal, antes bien aumentando sus vicisitudes, fue enviado esta vez al Hospital Militar de Las Palmas de Gran Canaria, lejos de la Compañía de Mar, lejos de sus compañeros y de ese desierto que ya le era habitual. Allí, los facultativos llegaron a la conclusión, por sus características, de presentarlo al Tribunal Médico Militar, que esta vez sí, falló en darle la baja definitiva y anulación de sus compromisos militares para con la Patria, mandándole de regreso a su Vinarós natal, sin pasar por su unidad y poder abrazar y ser abrazado en una despedida efusiva. ¡Que tristeza recibir sus pertinencias militares remitidas por el Hospital Militar de Las Palmas¡. Los compañeros que tuvimos la oportunidad de compartir buenos momentos de camaredia con aquel extraordinario amigo que no se cansaba nunca de repetirnos, una y otra vez, sus hazañas como portero del Club de Balonmano Vinaròs, NO LE OLVIDAREMOS JAMAS.
A su regreso a Vinaròs reemprendió la vida civil junto a su padre con el que vivía, ya que habían sido abandonados por su madre y hermana. A la muerte de su padre entró en una vida de soledad en la que falleció en 2010, después de haber sufrido varias intervenciones quirúrgicas ,con motivo de unas lesiones practicando deporte, con un resultado de invalidez muy pronunciado que le condenó a una movilidad muy reducida.
Durante los últimos años de su vida, los compañeros que pudimos le realizábamos visitas periódicas que agradecía enormemente y que nos llenaban de alegría de verle unas horas feliz y acompañado haciéndole levantar el ánimo una temporada. Un dia, a través de los Servicios Sociales de la municipalidad de Vinaròs, recibí la noticia de su defunción en el Hospital de Castellón, donde había sido internado. Su sepelio, sin presencia de familiares, fue presidido por el alcalde de la Villa (como representante de la población), y acompañado por mí (como representante de sus compañeros de Servicio Militar “sus hermanos de desierto”, invitado por el alcalde. Fue una muestra muy palpable de la consideración que le tenía la población de la Villa, pues la asistencia al sepelio fue realmente enorme dejando impresionado al que escribe estas líneas.
AGUSTÍ RIVERA SANCHO “KOREA” d.e.p.

Ramon Castellví Prats (Barcelona)
1er. Llto. / R 71
COMPAÑÍA DE MAR DEL SAHARA