Exposición Fotográfica
08.- Los buenos momentos: los buenos amigos

En la mili sahariana, incluso para los destinados a zonas remotas, siempre hubo buenos momentos en que por unas horas olvidamos las penalidades, se recuperó el humor y nos sentimos felices. Momentos en que un grupo de amigos nos reuníamos, charlábamos, bromeábamos, bebíamos, comíamos y nos divertíamos como se podía. A los veintipocos años cualquier excusa es buena para divertirse.
Pocas distracciones podíamos encontrar en las bases avanzadas, alguna en los cuarteles y sólo las ciudades como El Aaiún o Villa Cisneros podía ofrecer algún entretenimiento en bares o cines. Bañarse en la playa o pescar podía ser una alternativa para aquellos que se encontraban en cuarteles cerca de la playa.
Tal vez fuera la estrecha convivencia, la solidaridad, y aquellos ratos alegres (o casi) los que forjaron amistades que perduran hasta hoy. Nos ayudaron a sobrellevar el pesar de vernos separados de nuestro ambiente cotidiano y amistades habituales.
La amistad y el compañerismo fueron la mejor medicina, junto con el correo, a los males psicológicos y a la añoranza.