VIII Encuentro Nacional

Organización.

Serafín Quintana Parra.
José Felipe Suárez Luis.
Manuel Carmona Zamora.
Antonio Suárez Bejarano.
Francisco J. Carrasco Maestre.

Programa.

Asistentes.

Total

  • Total Asistentes: 412
  • Saharianos: 199
  • Simpatizantes: 15

Por Destinos

  • Agrupación Tropas Nómadas: 33
  • Artillería: 24
  • Automóviles: 10
  • Aviación: 1
  • BriPac: 3
  • Cía de Mar: 4
  • Infantería: 34
  • Ingenieros: 20
  • Intendencia: 17
  • La Legión: 8
  • Policía Territorial: 34
  • Sanidad: 11

Por Provincias

  • Andalucía: 80
  • Aragón: 6
  • Asturias: 5
  • Baleares: 2
  • Canarias: 3
  • Cantabria: 1
  • Castilla La Mancha: 4
  • Castilla León: 7
  • Catalunya: 37
  • Ceuta: 3
  • Euskadi: 2
  • Extremadura: 6
  • Galicia: 5
  • Madrid: 19
  • Murcia: 3
  • Navarra: 1
  • Valencia: 30

Álbumes de fotos.

Reencuentros.

Reencuentro en Sevilla, después de 39 años.
Auxiliares del BIR 1, 4ª Cía.
José Marrón Guareño y Fernando Castillo Fernández.

Reencuentro en Sevilla, después de 38 años.
Luis Miguel Vicente Picazo y Delfín Montero Camacho y otra con Juan Luis Jiménez.

Reencuentro en Sevilla, después de 40 años.
Cuartel General.
Vicente Bonet Gomis y Francisco J. Carrasco.

Reencuentro en Sevilla, después de 43 años.
Félix López Ceca y Juan Cobo Fernández.

Reencuentro en Sevilla, después de 38 años.
Cabrerizas.
Paco Orriach y Salvador Espinosa.

Reencuentro en Sevilla, después de 38 años.
Policías Territoriales de la 2ª Cia.
Manolo Castro y José M González Torres.

Reencuentro en Sevilla, después de 37 años.
Transmisiones – Smara.
Antonio José Hermosín, Francisco Cegarra y Manuel Prada.

Reencuentro en Sevilla, después de 42 años.
Nómadas.
Florencio Yumar Suárez, José Díaz, y Manuel Suárez.

Reencuentro en Sevilla, después de 43 años.
Nómadas del 69, de Smara.
Florencio Yumar, Julián Lopéz, y Paco Lozano, con Antonio Domínguez.

Breve relato de un Encuentro.

Y llegó Sevilla y disfrutamos de Sevilla.
De nuevo surgió la magia que acontece en los Encuentros Nacionales, los reencuentros con compañeros de entonces y con los amigos de ahora, la acogida a los nuevos “reclutas” que se incorporaban a esta nuestra segunda Mili, la constatación de que a pesar de todo, los Veteranos están ahí, dispuestos a pasárselo bien, a disfrutar del tiempo que dure la reunión, como así lo atestigua el numerosos grupo de aproximadamente 400 de nosotros reunidos para la ocasión.
Y así ha sido desde el primer momento, el recibimiento y la acogida de los compañeros sevillanos, su constante atención a cuanto necesitáramos y el buen hacer en la preparación del encuentro, han venido a confirmar lo acertado de la designación de su Ciudad para acoger el mismo.
El Hotel elegido para hospedarnos y reunirnos, con unas magnificas instalaciones y un trato exquisito por parte del personal, representó el marco adecuado para ello. Ya la primera cena multitudinaria del viernes nos sirvió de anticipo de la que se avecinaba, eran tantos los saludos y los abrazos que apenas teníamos tiempo de consumir las ricas viandas que nos habían preparado. Para ello nos habían reservado unos de los salones mas característicos y bellos del establecimiento, allí habríamos de celebrar la cena de ese día y los desayunos posteriores.
Como bien refleja en su crónica el diario ABC de Sevilla, los Veteranos del Sahara tomaron la Ciudad. Amaneció el sábado con uno de esos días radiantes de Sevilla y una temperatura agradable para el paseo. Iniciamos el mismo desde La Maestranza, bajo la atenta mirada de la Torre del Oro que nos observaba desde su cercana atalaya, trasladándonos desde allí hasta el corazón mismo de la Ciudad.
Un recorrido a pie por sus calles que se fueron vistiendo de un color especial, no ese que dice la copla que tiene Sevilla, sino de ese otro color arena que portaban los Saharianos en sus polos y gorras características, así hasta llegar a los pies de La Giralda, erguida sobre la majestuosa Catedral que se preparaba para recibirnos.
Aquí se formaron distintos grupos y mientras unos se dirigían a los cercanos Reales Alcázares y otros a la citada Catedral, un grupo de Veteranos nos trasladábamos hasta el Ayuntamiento para ser recibidos por su primer Teniente de Alcalde. Este con unas breves palabras, nos traslado su agradecimiento y el del resto de la Corporación por haber escogido su Ciudad para celebrar nuestro Encuentro, siendo correspondido por nosotros para expresarle el nuestro, por habernos facilitado los medios para el recorrido turístico,
Fue una breve visita por parte de varios lugares emblemáticos de la Ciudad, (era imposible visitar todo cuanto hubiéramos deseado, aunque algunos privilegiados prolongaron su estancia en la misma y a buen seguro que si lo hicieron) tras lo cual nos desplazamos hasta el Club Náutico de Sevilla, lugar en donde tendría lugar una comida informal a base de productos típicos de la zona, acompañados de bebidas y dulces. Es de significar que todo ello, había sido obsequiado generosamente por empresarios y amigos cercanos a los compañeros de la Organización. Igualmente hemos contando con la participación a modo de aperitivo de lo que vendría después, de un grupo de jóvenes que amenizaron con sus bailes la sobremesa.
Vuelta al Hotel para reponer fuerzas, allí nos esperaba el plato fuerte de nuestros encuentros, la Cena de Hermandad. Previamente a la misma fuimos obsequiados con un coctel a modo de bienvenida antes de pasar al comedor. Magnifico en sus instalaciones, el Hotel aun nos reservaba otra grata sorpresa, el salón en donde íbamos a celebrar la cena, impresionante en su grandiosidad, con un espacio amplio, con una estupenda distribución de mesas y un cálido y atento servicio de camareros siempre prestos al menor de nuestros deseos, con un menú correcto y una cuidada presentación del mismo.
Al principio de la cena, palabras de bienvenida por parte del compañero Antonio Rivas en nombre de los Organizadores, donde como ya es habitual, se recordó a los ausentes tras lo cual otro compañero y sin embargo amigo, Antonio Villegas, dedicó unas muy acertadas líneas a modo de homenaje hacia aquellas que nos acompañan, nos sufren y nos aguantan, nuestras esposas y compañeras, parte importantísima e indispensable en nuestros Encuentros, ellas se han hecho acreedoras de nuestro agradecimiento y cariño, por su comprensión hacia estos locos asirocados.
No puedo dejar de reflejar la satisfacción que nos produce el poder contar igualmente, con aquellos que en su momento ostentaban el mando y que ahora al cabo de los años, se han convertido en compañeros y amigos, a los otrora nuestros Capitanes y ahora Coroneles, no les duelen prendas a la hora de acompañarnos sintiéndose uno más de nosotros, incluso haciendo para ello un largo y costoso desplazamiento. Ellos son merecedores de nuestro agradecimiento y deseamos que sepan que siempre seguiremos estando “a sus órdenes”.
Y tras la cena, empezó el fin de fiesta.
Lo que habíamos presenciado por la mañana solamente fue un ligero entremés de los que vendría a continuación, los chicos y chicas de la Escuela de Baile Siente el Ritmo nos sorprendieron con una serie de bailes, empezando con una danza del vientre que electrizó el ambiente seguida por otros ritmos. Bravo por estos bailarines que después de su actuación, completamente desinteresada, se unieron a nosotros con su desbordante alegría, participando en los bailes de estos “carrozas”, sorprendiéndonos una vez más con su simpatía.
Como tiene su principio y final inexorablemente esta tenía que llegar, así fue para la inmensa mayoría de nosotros en la mañana del domingo, tiempo de abrazos, de despedidas, de hasta la próxima. Llegó el momento de marchar, de abandonar la ciudad que durante este fin de semana nos ha acogido, de volver a nuestros hogares con la retina aún impregnada de recuerdos y la emoción embargando nuestros pechos, con la tristeza de dejar a unos amigos, pero con la esperanza de volverlos a encontrar el año próximo.
¿Dónde?, aún no lo sabemos, pero lo que si tenemos es la certeza que allí donde acordemos que se celebre, habrá compañeros que se vuelquen en su preparación para tratar de conseguir que podamos disfrutar de nuevo, de unos gratos momentos de reunión, charla y añoranza, mientras tanto es obligado decir eso de:
!! Compañeros, El VIII Encuentro Nacional de Veteranos del Sahara ha muerto, VIVA el IX Encuentro ¡¡
Un saludo.

Fernando J. de la Cuesta