“COMPAÑÍA DE MAR DEL SÁHARA”

Como la mayor parte de nosotros, por aquellas circunstancias de la vida, me «correspondió» realizar mi Servicio Militar destinado a la provincia del Sahara.
Una vez allí, y siguiendo las circunstancias de la vida, después de los consabidos tres meses de instrucción en el BIR Nº 1 y la correspondiente jura de la bandera, fui destinado a una unidad llamada:
COMPAÑÍA DE MAR DEL SAHARA
Mi destino a la citada unidad fue por mi condición de Maestro de Enseñanza Primaria, que era una de las vacantes que precisaba cubrir la referida unidad en aquel 1er. llamamiento del R/71. O sea que a los tres meses de permanencia en A.O.E. me veo cambiando la condición de «pistolo» por la categoría de marinero, que es como rezaba mi documento militar.
Tuve que entregar mi vestimenta de «garbanzo» por el traje de primera comunión. No sin antes que los veteranos del BIR me pidieran cambiar sus botas con mucha mili por las mías con solo tres meses de uso.
Al día siguiente de la Jura el camión «Comet» de la Compañía de Mar nos venia a recoger para el traslado a la misma, íbamos así como una docena, eso si, todos con destinos concretos, pues se trataba de una unidad minúscula. Aquella misma mañana ropa nueva y entrega de la usada para ser enviada al BIR. Trajes blancos de paseo (de momento, pues el de azul marino se nos entregaría antes de Navidad), «lepanto» (que es como se llama el gorro de marinero), «grisetas» (nombre de los trajes de faena), botas sin hebillas, las sandalias (todo nuevo a desprecintar) y almohada, colchón de espuma y las correspondientes cabezal, sabanas y dos mantas, más dos petates blancos para poder albergar nuestras pertenencias, ya que no se disponían de taquillas. Y acto seguido pasar a disponer de una cama individual, con pasillo y ventanas a ambos lados, todo un lujo! (podéis ver fotografías del dormitorio en mi álbum de la web). Acto seguido la carta a la familia para explicar todo y ofrecer la nueva dirección del «hospedaje». Por la tarde toma de posesión de la «academia», pequeña pero muy bien acondicionada y la biblioteca de que disponía la unidad.
Hasta aquí un poco de lo que fue mi llegada a A.O.E., que fue como la de las narraciones de otros compañeros y que no paso a describir. Ahora un poco de explicación sobre la unidad en concreto.
Definiríamos COMPAÑÍA DE MAR, como una unidad (se comentaba que con categoría de especial) encuadrada en el Ejercito de Tierra, jamás en la Armada, y con misiones especiales en que se requerían acciones de apoyo puntuales a través de mar.
Disponían de material para realizarlas y adiestramiento conveniente (aún me acuerdo de los esfuerzos de los sargentos por enseñar a hacer nudos marinos y de lo graciosos que eran cuando se veían obligados a cantar la Salve Marinera para que la aprendiéramos).
Que yo sepa, siempre apoyándome en libros, existieron:
COMPAÑÍA DE MAR DE MELILLA
COMPAÑÍA DE MAR DE CEUTA
COMPAÑÍA DE MAR DE IFNI
COMPAÑÍA DE MAR DE LARACHE
COMPAÑÍA DE MAR DEL SAHARA
podían tener destacamentos, y su acción mas destacada fue su intervención en el DESEMBARCO DE ALHUCEMAS en 1925, siendo los marineros que intervinieron en ello condecorados colectivamente con la Medalla Naval «los condecorados ostentarán en el antebrazo izquierdo, un galoncillo en ángulo, con el vértice hacia arriba. Dicho galoncillo será la cinta de la medalla, de la mitad del ancho, y en la abertura del ángulo se le bordará la fecha de la concesión.»
Nos concretamos en la COMPAÑÍA DE MAR DEL SAHARA. Tenía una dotación de unos cincuenta marineros (yo no vi jamás tal cantidad, cuando había licenciamientos, hasta la llegada de los nuevos incorporados, podíamos aplicarnos aquello de «cuatro y el cabo»). No tenía mandos propios, pues los específicos de la unidad estaban encuadrados en las Compañías de Mar de Melilla y Ceuta y por riguroso turno debían pasar por la del Sahara. Así el mando, durante mi permanencia se componía de:
– 1 capitán (comandante de unidad) de infantería Suárez (que ostentaba insignia de esquíes por haber estado encuadrado en tropas de esquiadores)
– 1 teniente de infantería Espejo
– 1 teniente de mar Morán (procedente de Melilla o Ceuta)
- 1 teniente de infantería Larroca (que ostentaba insignia de la Legión por haber pertenecido a ella)
– 1 alférez de mar, no recuerdo su nombre y que relevó a Morán (procedente de Ceuta o Melilla)
– 1 brigada de infantería que apareció un día por allí vestido de verde y que procedía de la Península.
– 1 sargento de infantería Rubio
– 1 sargento de infantería, no recuerdo su nombre, pero apodado «garbancito»
– 1 sargento de mar Barrientos (procedente de Ceuta). Actualmente tenía la graduación de teniente de mar.
fallecido en el presente año 2004 (q.e.p.d.). precisamente fue durante este año 2004, que ojeando el periódico, mientras tomaba café, quedé sorprendido al ver su fotografía y al pié de la misma «el último comandante de Perejil» (Barrientos con graduación de cabo y cuatro miembros de la Compañía de Mar fue la última guarnición en la isla Perejil).
– 1 sargento de mar Oses que sustituyo a Barrientos (procedente de Ceuta)
– 1 sargento de mar, con especialidad de «calafate» que no recuerdo su nombre y que por sus conocimientos de carpintería no aparecía nunca por la unidad ya que daba formación en la Promoción Profesional del Ejercito PPE en el Aaiún.
No había cabos 1º y no vi jamás mas de dos cabos, por lo que había que habilitar marineros con funciones de cabo.
Un ejemplo de que la unidad pertenecía al Ejército de Tierra, es que los cabos llevaban los galones en la bocamanga, no en los brazos como los marineros navales. El personal de infantería era por destino solicitado a A.O.E., pero el personal de mar era por destino forzoso.
Éramos vecinos del Batallón de Cabrerizas, de cuyo Teniente Médico y botiquín dependíamos para pasar consulta o servicios de ATS.
La unidad no disponía de cocina, aunque en épocas anteriores pudiera disponerla ya que se conservaba el menaje de cocción. Se recibía la comida del Batallón de Cabrerizas y posteriormente fue cambiado por el BIR. Administrativamente dependía del Tercio sahariano D. Juan de Austria, 3º de la Legión, donde había que entregar todos los estadillos y justificantes.
No había corneta, siendo el arriado de la bandera y la oración muy rocambolescos pues se usaba un cassette y cuando se encallaba era toda una película cómica. Si el cassette estaba averiado el arriado era mudo y la oración simbólica. El alzado era «automático», el primero que se acordaba de arriar la bandera, pues no fueron pocas veces que a la llegada de los oficiales y suboficiales que vivían en el Aaiún, todavía estaba el asta «viuda».
El teniente capellán el del Batallón de Cabrerizas y la misa en la iglesia de Cabeza de Playa a la que también asistía personal civil (oficiales, suboficiales y familiares que vivían en unas pocas casas militares por aquella zona.
La Compañía de Mar disponía en Cabeza de Playa de un «chiringuito» que los domingos y festivos ofrecía servicio de refrigerio y aperitivos a todo el mundo. El mismo disponía de una pequeña nave con función de vestuario para «pistolos» que venían a pasar el día a la playa, por este motivo los marineros éramos conocidos por todas las unidades del Aaiun.
Los domingos y festivos el personal de la Compañía de Mar tenia el misión de PM en Cabeza de Playa, no pudiendo actuar allí la PM del Tercio. Éramos muy permisivos y los «pistolos» agradecían la comodidad.
Dentro de las instalaciones de la unidad había un diminuto destacamento de Intendencia, supervisado por un teniente del mismo cuerpo cuando tenían que controlar desembarcos de material.
Por lo contado, realmente podéis llegar a deducir que aquello era un destino muy bueno, y realmente es así, pues a todo ello hay que añadir el disfrute de la playa. Teníamos cine (ver fotografías del comedor de mi álbum de la web) y una magnífica sala de televisión y que además, por obra y gracia de la incorporación de un compañero vasco, técnico en televisión, la visión de Victoria Abril, con sus enormes gafas; en el programa «un, dos, tres» era perfecta. En toda Cabeza de Playa solo se veía imagen en nuestro aparato. Las butacas comodísimas y abatibles que no sé de que cine procederían. Vamos todo de cinco estrellas.
Os diré que la biblioteca, de la que yo era el responsable, disponía de dos juegos completos de sofá y dos butacas y de una dotación de libros (para lectura y préstamo) con la colección completa de los Premios Planeta, y sus correspondientes mesas inclinadas de madera barnizada y luces apantalladas. Se estaba suscrito al «Ya», «Pueblo» y creo, que también a «Marca». Por ser tan poca dotación militar la superficie
disponible era extraordinaria y se disponía de pista polideportiva. Curioso, éramos pocos pero nuestra bandera para festivos era la mayor de todo el Sahara (creo que se la «agenciaron» del Cuartel General de Ifni cuando este territorio fue devuelto a Marruecos, así como el material de la biblioteca).
¿Cuál era la parte negativa?. Solo una, la carga y descarga de envíos por y para el ejército, siendo lo único realmente duro la descarga de la harina para Intendencia, que arribaba a bordo del buque «Capitán Mayoral». Operación realizada mensualmente y que duraba un par de días. Consistía en recepcionar los sacos de harina que eran desembarcados por los anfibios de APASA (Auxiliar Portuaria del Aaiún Sociedad
Anónima), la Compañía de Mar nunca dispuso de anfibios, y depositarlos en los almacenes hasta que Intendencia o Automóviles enviaban transportes. Si los camiones estaban disponibles al llegar los anfibios, la tarea era fácil, pues los sacos pasaban directamente de un vehículo a otro. En esas operaciones es cuando intervenían los destacados de Intendencia y procedían a controlar las mercancías. El resto del tiempo eran puras vacaciones, con playa incluida cada día antes de la comida y las buenas siestas después de la misma. Las operaciones de descarga de munición (buque «Almirante Lobo») un par de veces por año, se realizaban en el muelle intermedio del pantalán de FosBucraa, con sus potentes grúas y sin posibilidad de que una caja de munición quedara estacionada en el suelo ni un momento, todo directamente a los camiones y envió directo a los polvorines).
Durante el año 1972, la Compañía de Mar del Sahara disponía del siguiente material:
1 Land Rover (al uso)
1 camión Pegaso «Comet»(al uso)
3 o 4 pontones de desembarco (en desuso)
1 tractor de arrastre grande con cadenas «Lenin»(en desuso) de origen ruso, podría tratarse de material procedente de la Guerra Civil, pero no estoy seguro, y que en su tiempo hubiera podido servir para arrastrar de mar a tierra los pontones y para arrastre de plataformas sobre ruedas.
3 tractores pequeños con cadenas Caterpillar (en desuso) para funciones iguales o semejantes al tractor «Lenin».
Durante algún tiempo estuvo ubicado un tractor de cadena con pala aplanadora, y su correspondiente conductor (del Regimiento de Ingenieros), destinados a operaciones de allanamiento en zonas que lo requerían por acumulación de arena.
La proximidad al pantalán e instalaciones de FosBucraa, fue motivo que por unas semanas, fuera alojamiento de una unidad de buceadores de combate de la Armada. 
En Cabeza de Playa existía, no lejos de la Compañía de Mar, la COMANDANCIA MILITAR DE MARINA DEL PUERTO DEL AAIUN, perteneciente a la Armada y con marineros de la misma (muy pocos, solo dos o tres y un Land Roverd con matrícula FN), así como un puesto de la Policía Territorial.
Dentro de las instalaciones de la Compañía de Mar habían habilitadas una o dos viviendas para los oficiales y suboficiales de mar y sus familias. No se disponía de fluido eléctrico de suministro y por tanto la unidad disponía de un motor que lo generaba durante unas pocas horas por la mañana y desde que se arriaba la
bandera hasta que terminaba el «un, dos, tres», el resto de la noche a oscuras con velas, con el consiguiente inconveniente de las familias que vivían en su interior.
Desearía que con la presente narración se tuviera una idea no equivocada de lo que es o era una Compañía de Mar y un poco mas o menos de la del Sahara con sede en Playa del Aaiun que es como realmente se denominaba la zona.

Castellví, Ramón.
Compañía de Mar del Sahara. 1972


Otros relatos del mismo autor:
Relato 007.- “ESTAMOS HACIENDO HISTORIA”
Relato 011.- “COMPAÑÍA DE MAR DEL SÁHARA”