A mi querida amiga “LA MORENA”, que el destino cruzó en mi camino y con la que compartí conversación, amistad y té. Me gustaría que los azares del destino volvieran a cruzar nuestros caminos y volver a compartir desde estos tiempos nuevos, conversación, amistad y té.

Me destinaron a Villa Cisneros, con cinco compañeros más, al Tercio Alejandro Farnesio. IV de al Legión. Procedentes de la fábrica de cañones de Trubia, (Asturias)
Aunque estaba destinado en la Legión,….. yo era un PISTOLO. (Los Saharianos entienden este término)
Tenía 20 años, era el mes de agosto de 1975 en Villa Cisneros.
Corrían malos tiempos por el territorio, las cosas estaban revueltas, ya nadie sabía quien era amigo o enemigo, y se recomendaba estar al toque de retreta dentro de los cuarteles.
Pero nosotros, éramos cinco y esto unido al efecto de la juventud, nos hacía intrépidos, atrevidos y temerarios, nuestras salidas nocturnas las repetimos con frecuencia, aunque después del incidente que relato, las limitamos muchísimo, creo que definitivamente, y con muchas precauciones.
Pues bien mis compañeros y yo, nos integramos rápidamente en la sociedad de la ciudad. Asistimos a los cines, a las “cafeterías”, a las tascas …….. etc. A cualquier sitio donde pudiera haber juventud y como no en esta sociedad tan pequeña, con un ambiente militar tan remarcado a las salas de alterne. Por entonces estaban de moda La Morena, La Lala y La Zoila.
En este caso trataremos a La Morena, en otra ocasión trataremos a La Lala y a La Zoila, Antonio García Orejana ha dedicado una carta a la Zolia, en una situación muy sujetiva y no comparto su punto de vista.
La Morena era una mujerona Saharaui de unos 40 años, de tez oscura pero brillante y de rasgos duros pero agradables, acostumbrada al trato con hombres. En las veces que asistimos a su casa comprobé que siempre mantenía el control de las situaciones. Allí se notaba que la que mandaba era ella, tenía cierto prestigio social.
Desde la perspectiva de un muchacho de 20 años, se me presentaba como una persona grande, inmensa ……. Yo mido 1,75 y ella era mas alta que yo, de complexión fuerte, tenía unos pechos grandes, igual que su trasero. En concreto me impresionaba esta mujerona por su gran corpulencia, personalidad y vivencias. (No era gorda,… era grande)
Vivía la Morena en unas casitas tipo adosado en la parte sur de la ciudad, en el limite con el desierto. La casita tendría un total de 20 m2, componiéndose de un pequeño patio, una entrada que hacía las veces de salón, cocina y de un dormitorio con capacidad para una cama escasamente, carecía de servicio por lo que las necesidades las hacían en algún recipiente tipo orinal que luego tiraban a la calle. Que allí era enorme.
Y ni que decir tiene que nosotros para orinar salíamos a la calle y lo hacíamos en el entorno de la puerta.
En el salón tenía repartidos a lo largo de las paredes cojines en los que nos acomodábamos para compartir la visita y a la que nos acompañaban dos o tres niñas. La Morena sentada en el suelo al estilo moruno, en el centro de una pared, hacía y servía el té. Yo me sentaba a su lado, me encantaba ayudarla y verla en su ajetreo de tetera, vasos ….. etc. Algunas veces me dejó echar los componentes a la tetera, ella me decía,….. no Benito… hora el azúcar y luego el agua … la verdad es que ya no recuerdo el orden que tenia al echar los componentes.
Pues así y en estas condiciones se ganaban el pan ella y las niñas. Fuimos varias veces y llegamos a tener cierta amistad, éramos francamente bien recibidos.
Como dice el Sahariano Arturo Pérez Reverte, no usábamos el género, aunque siempre pedíamos una botella de mas, procurando siempre ser generosos, para que ellas se ganaran el sustento. Charlábamos, reíamos, bailábamos, escuchábamos relatos saharauis de la Morena. En una de estas visitas, nos contó que había estado en Madrid en sus tiempos jóvenes, con un novio legionario, que Madrid le gusto, pero que sentía miedo de una ciudad tan grande, sobretodo de los gitanos.
¡ Gitanos huuuuuu ……. que miedo decía siempre !
Y de esta forma, discurrían las tardes, noches, entre visitas, copas, té, imbuyéndonos en la cultura española-saharahui y cultivando la amistad.
Estando en su casa una de esas noches, posiblemente después el toque de retreta, me apeteció salir a orinar. La noche era oscura de esas de Villa Cisneros, que tienen calima, no se veía nada. Al fondo una pequeña luz, y hacia ella me encamine para hacer mis necesidades. La soledad era tremenda, tan tremenda como la oscuridad que me rodeaba. Total que estando en estos menesteres, salieron de la oscuridad dos nativos de la Policía Territorial por lo que me apresure en terminar. La verdad es que no sé que sentí, si alegría por ver a dos compañeros o miedo por ver a dos desconocidos. Ellos se acercaron y los pude observar, con sus fusiles colgados, sus bayonetas, su indumentaria militar, descarados, agresivos, …………. me hablan en saharaui, les digo que no entiendo, me identifico,…… me contestan en saharaui y me empujan, me vuelven a empujar, intentando sacarme de la luz, me empujan hacia la oscuridad,….. me resisto,….. siento el frió del acero del cañón del fusil en mi cuello, no puedo articular palabra, me tiemblan las piernas, intento buscar un sitio para escapar, solo veo oscuridad,……. no puedo orientarme,….. mas oscuridad,…… siento que estoy perdido, ……..
En esto se oye una llamada BENITO,…. BENITO,…. es la Morena que me ha echado de menos, se teme lo peor y ha salido a buscarme, le contesto y sale la mujerona de la oscuridad, arremete contra los dos tipos que se vienen a bajo, retroceden …… hablan fuerte en su idioma, ella arremete de nuevo contra ellos gesticulando, con los brazos levantados, y ellos escurren el bulto por la oscuridad.
Se vuelve la Morena y me reprende, me agarra del brazo, me lleva para su casa chamuscando en su idioma ……. y me vuelve a reprender en la puerta ……. TU MEAR AQUÍ…… TU MEAR AQUÍ….. Ya una vez dentro se tranquiliza, vuelve a controlar la situación, me sienta a su lado y me lanza un té diciendo TOMA. Yo todavía no me había tranquilizado pero ella me transmitió en todo momento ……. seguridad, confianza y tranquilidad.
Quiero demostrar con esta carta mi afecto a la Morena y a sus niñas, quedar constancia de su existencia. Es posible que el incidente no pasara a más, pero también es posible lo peor.
Lo que si tengo claro y así lo siento. Ella me salvó la vida.

¡Gracias Morena, te debo una!.

Espero que pueda devolvértela, cuando nos encontremos en las llanuras del desierto, entre las dunas de la otra vida, y protegidos del siroco en tu Haima, o en mi Cónica, podamos disfrutar de la conversación, de tu exquisito té y continuemos cultivando la amistad.

Octavio I. Benito López.

Villa Cisneros, agosto de 1975
Sahara Español.

Desde la perspectiva del tiempo, siendo un hombre maduro de 53 años y un Veterano del Sahara, quiero resaltar, a este personaje contemporáneo nuestro, de nuestra juventud, en aquellas queridas latitudes.

Algeciras a 3 de Junio de 2008

Benito López, Octavio Ildefonso. (CA) 05-06-2008
La Legión, IV Tercio.
El Aaiún, Villa Cisneros. 1975-1975