“CRÓNICA DE LO QUE PARECÍA EL VIAJE A NINGUNA PARTE SÁHARA. AÑOS 1963-1964”

Desde un pequeño pueblo de Cantabria, Cacicedo de Camargo, un par de jóvenes aventureros fueron enrolados en una preciosa experiencia.
Todavía recuerdo las palabras de mi madre, “hemos dado el mejor pollo del corral y nos ha dicho el secretario del ayuntamiento que la mili la pasas bien cerca”. Mi contestación fue, “yo mamá al sitio más lejano”, y después de alguna celebración nos dispusimos a emprender un largo, largo viaje. Por supuesto, en esta caso acerté y era muy difícil, cuando se trataba de mi madre. Salí de casa el día 28 de marzo de 1963 con destino a lo desconocido, acompañado de los lloros de mi madre y de mi preciosa novia, hoy mi mujer, Julia.
Estuvimos en Cádiz, en un cuartel, durante dos o tres días que se nos hicieron meses. Embarcamos para nuestro Sáhara en el barco Ciudad de Tenerife, y llegamos a la playa del Aaiún el 6 de abril, llevándonos posteriormente al campamento de Sidi-Buya para hacer y completar la debida instrucción. Después de ella fuimos destinados a Villa Cisneros, al Cuartel de la Policía Territorial.
En el campamento pasé mis días en la tienda no31, siendo nuestro instructor Juan Rueda Rueda, un extremeño de pro.
En Villa Cisneros continué hasta noviembre, cuando me fui voluntario para hacer el período de instructores que se desarrollaba en la Saquia o Río del Aaiún. En marzo de 1964 fuimos al BIR de la Playa, donde estuve ocupando la tienda no4 de la Policía Territorial, la que decían tienda más alegre del campamento. Teníamos un equipo de instructores formidable, entre otras cosas se nos daba muy bien el fútbol. El ambiente era estupendo entre instructores y reclutas, todavía me acuerdo de algunos nombres de aquellos que tuve a mi cargo, Márquez, y Galo Pichardo García de Sevilla,, Muñoz de Ronda, Campillo, Gervasio de Córdoba, Eutiquio de Burgos y un canario y un gallego que la memoria pide me disculpen por no acordarme de su filiación.
Todavía hoy recuerdo los baños en el mar, no nos extrañaba que posteriormente las patrulleras marroquíes detuvieran a los pescadores españoles, eran unas aguas muy ricas, unos caladeros extraordinarios donde la cantidad y calidad de los peces hacía que se olvidaran las fronteras. Hoy respiro el salitre y me acuerdo de los golpetazos que nos dábamos contra las olas.
Aún recuerdo el sabor de la leche condensada en tubos, del embutido y otras viandas que me llegaron en un único paquete de mi casa y de mi Julia, donde hábilmente venían doblados y escondidos unos humildes billetes de 100 pesetas, entre periódicos de mi región y cartas de mi novia. Me hicieron mi estancia mucho más llevadera. Cuánto costaría a los míos reunirlos!!!!! Y qué maravillosa satisfacción descubrirlos!!!!!
La memoria olvida nombres y apellidos, no olvida los buenos recuerdos entre compañeros, las noches de vigilancia, las historias de los “moros”, incluso los miedos que en algunos momentos también aparecían.
Me mandaron entregar la ropa y el arma en Villa Cisneros, saliendo para mi casa el día 10 de julio de 1964, un día antes de mi cumpleaños, llegué a Cantabria el día 18 de ese mismo mes, con alegría por el reencuentro y con una nostalgia que siempre me ha acompañado y que espero nunca me abandone. Intentaré no ser pesado con los nombres que se me aparecen, el del Jefe de Campamento, teniente coronel D. Roque Calero fajardo, el Teniente Palomo, Sargento Luis Calabria Martínez, Enrique Fiestal Amor,(campamento de recluta)
En Villa Cisneros el capitán D. Mariano Fernández Aceituno y Gabarrón, Teniente D. Francisco Fernández de Córdoba y Olañeta, el sargento nativo Abdal, Demetrio Martín Marcos, Suidi UL Babá ,Sidja y Brahin.
En la época de instructor el Teniente D. Ángel Valero Ramos, Sargento Luis Calabria Martínez, D. Enrique Fiestal Amor, siendo el jefe de campamento D. Roque Calero Fajardo.
En el campamento de instructor, el Capitán D. Francisco Cazañas, el teniente D. Ángel Valero Ramos, el sargento D. Luis Calabria Martínez.
El jefe en el Aaiún era el General de Brigada D. Ángel Enriquez Larrondo.
Mis disculpas si en algunos nombres o apellidos me he confundido involuntariamente.
De cada una de las personas que conocí me traje un recuerdo imborrable, además durante muchos años he podido compartir algunos con mi vecino y amigo Chuchi, que disfrutó de dichas vivencias junto a mí.
En recuerdo de él y de otros que ya no nos acompañan escribo estas líneas.

Gracias por cada recuerdo.

Fernández Fernández, José. 12-12-2014
Policía Territorial.
El Aaiún. 1963-1964