“MI EXPERIENCIA SAHARIANA”
Soy Carlos Franqueira Muñoz, reemplazo de abril del 74-julio del 75.
Residente en Blanes, un pueblo de Cataluña, donde empieza la Costa Brava.
Amigo de José Ignacio Hernández López, también Veterano del Sáhara.
El motivo de este relato es contar mi propia experiencia en el Sáhara.
Mi primer recuerdo fue el día que nos sortearon en Gerona, cuando vi que estaba entre los elegidos, tanto yo como mis compañeros, nos llevamos una decepción, ya que todos esperábamos quedarnos en la Península.
Nos llevaron en tren desde Gerona hasta Barcelona y Zaragoza, para acabar en Madrid, exactamente en el cuartel de Barrás. Allí estuvimos unos días, nos cortaron el pelo y desde allí nos llevaron a la Base Aérea de Getafe, donde nos montaron en unos aviones cuatrimotores, que perdían aceite por todos lados, hasta llevarnos a El Aaiún. Tardamos unas seis horas en llegar y allí nos esperaban unos soldados con pantalones cortos y chanclas, más morenos que el carbón. Por el aspecto que tenían, pensaba que estaban a punto de licenciarse pero no fue así, eran soldados que entraron en enero, es decir, tres meses antes.
Mi primera noche en el BIR (Batallón de Instrucción Recluta) no fue de nuestro agrado, nos levantamos con picaduras de chinches en todo el cuerpo y tuvieron que fumigar todos los barracones de todas las compañías. Después de tres meses tuvimos la Jura de Bandera y mi destino fue la Unidad de Helicópteros II (HUEL II). Hasta enero del 1975 todo era normal, teníamos las mejores instalaciones de todos los cuarteles.
Un día nuestro Comandante en Jefe, Don Agustín Muñoz Grande, nos dio nuestra la primera charla para ir preparándonos sobre la situación a la que nos íbamos a enfrentar. Y así fue, el primer atentado, que yo recuerde, fue en el cuartel de Artillería, un joven saharaui, portador de una bomba, explotó y murió. A partir de ahí, en nuestro cuartel, y en más de una ocasión, nos dispararon desde las afueras con todoterrenos que pasaban del Frente Polisario, sin víctimas, que yo recuerde.
En otra ocasión, en el cuartel de la Policía Territorial, cuando estaban formados, tiraron un par de bombas y resultaron heridos unos veintinueve soldados, entre los cuales tenía unos amigos. Ya nos advirtió nuestro comandante que Aviación y Helicópteros estábamos en el punto de mira. Primero, los del Frente Polisario y más tarde, los marroquíes. Me acuerdo que en una refriega en la frontera con Mauritania hubo un tiroteo con algún fallecido.
En una salida que tuve íbamos dos helicópteros, sin armar y con el fin de observar. Entonces, dentro del territorio español, una lanzadera marroquí camuflada nos tiró un misil SAM 7 y nos explotó debajo del aparato. Puedo decir que estamos vivos de milagro, ya que si hubiéramos volado más alto nos hubieran dado, debido al calor térmico del helicóptero.
Recuerdo en otra ocasión, que se hicieron prisioneros a una compañía de marroquíes en el interior del desierto (creo que era el cuartel de Hagunía). Los oficiales los llevaron a nuestra base, todos eran mercenarios que habían estado en la guerra de Angola, parecían nuestros padres. Llevaron a la tropa a un cuartel del Aaiún y, por cierto, a los quince días, los liberaron a todos (cuestiones políticas). En esos meses vino de Madrid, en apoyo, la artillería autopropulsada ATP XII, supongo que esperando la famosa Marcha Verde. Me acuerdo que durante un día entero pasaron camiones y tanques, desde el puerto de Cabeza Playa a la Frontera. A nosotros, Aviación y Helicópteros, nos pusieron unos cuantos cañones con artillería antiaérea, por posible ataque.
Una noche, a las tres de la madrugada, nos levantaron esperando un ataque sorpresa de paracaidistas marroquíes. Al final se hizo de día y no ocurrió nada. Otra vez en la frontera, un Jeep con cinco chicos, de los que vinieron de Madrid y los cuales solamente llevaban dos meses, saltaron por los aires debido a una bomba camuflada en la arena. ¡Pobrecillos! Los restos los llevaron a la base tapados con mantas.
Otra anécdota de las que recuerdo es que la cinta transportadora de fosfatos, de 80 km, la explotaban cada dos por tres.
Para finalizar, también recuerdo que una vez llegó un mediador de la ONU, un español llamado Jaime de Piniés. Mucha gente saharaui fue a recibirlo al aeropuerto, reivindicando su territorio.
En fin, estaría contando muchas vivencias. Espero que algún día les devuelvan el territorio a los saharauis, es una lástima que España no hiciera bien sus deberes. A día de hoy nos juntamos, a nivel nacional, con algunos de los
compañeros y sus respectivas familias y nos contamos muchas cosas de esa guerra no declarada. José Ignacio y yo volvimos en octubre del año 2019 y estuvimos visitando todos los pueblos del interior y recordando nuestras vivencias pasadas.
Un saludo
Carlos Franqueira Muñoz