Tuve yo un magnífico profesor en el Instituto Columela de Cádiz. Era, falleció hace años, un profesor muy preparado con dos licenciaturas: Biología y Medicina. Un hijo suyo, hace algunos años me contó que su abuelo era militar y su padre, siendo muy listo eso de los estudios no era lo suyo. Así que su padre, el abuelo de que me lo cantaba, se cansó y lo mandó a cumplir el servicio militar. Al destino donde fue, por lo visto las bofetadas eran muy frecuentes. Mi profesor observó que todas eran para la tropa, los sargentos, por lo visto, no recibían este tipo de correctivos. Así que se presentó voluntario para unos cursos de sargento. Era la forma de librarse de más de una bofetada. La preparación del curso, que por supuesto superó, le animó en los estudios. Así que luego le pidió al padre estudiar Biología. No solo eso, una vez terminada la licenciatura se presentó a la oposición y sacó la Cátedra de Instituto. Como en Cádiz había Facultad de Medicina, siguió estudiando y consiguió ser igualmente médico. Así que para evitar algún guantazo terminó con dos carreras y una cátedra. Cosas que pasan