Para el Sr. Presidente de la Asociación: Me he enterado por algún madroñero y por una anotación del, en mi opinión, excelente compañero Manuel Cordero (al que pienso -como le destaqué- que usted no ha tratado con el agradecimiento que merece de los saharianos) de que me ha contestado en el foro de la Asociación. Como yo no soy socio, por coherencia, no voy a usar el mismo sin tener derecho, pero por el presente le comunico que no voy a poner (ni aquí ni en ningún sitio) los correos que usted y yo nos cruzamos en su día. Sí podría transcribir una conversación telefónica mantenida con el Sr. Secretario que le dejaría a usted (dicho respetuosamente y como opinión personal que seguramente estará equivocada) como poco amigo de la verdad, pero desisto de ello porque mi ego se quedó satisfecho con la ruptura de cualquier lazo con la Asociación (al menos, mientras usted la presida). En todo caso, le ruego que relea mi comentario anterior. Si lo hace, comprobará que no digo en el mismo que, gracias a mí, han elegido como vocal al sahariano madroñero designado. Lo que aclaro (y reitero) es que, si hubieran tomado esa decisión hace más de 12 meses, yo (y algún otro) no nos habríamos dado de baja en la Asociación. No entro, porque ni la sé ni me importa, en la razón por la que lo han nombrado ahora. Simplemente hago constar (y vuelvo a destacarlo) que me alegra (al igual que a los saharianos madroñeros) dicho nombramiento. Como final, le rogaría que, en lo sucesivo, no me dedicara ni un minuto más de su preciado tiempo. Yo, desde luego, actúe usted como lo haga, no voy a volver a entrar al trapo. Considero sinceramente que nuestros escritos nos definen claramente a cada uno y dicen quienes somos usted y yo, por lo que a los mismos me remito. Que los saharianos, sabios sin duda, los juzguen.