“FRASE BEDUINA …”

EL DESIERTO TE HARÁ LLORAR CUANDO LLEGUES Y CUANDO TE VAYAS
Creo que muchos de nosotros cuando partimos hacia el Sahara teníamos la tristeza que suponía abandonar nuestro hogar y a los seres queridos, cuando abandonamos el Sahara teníamos la alegría del regreso y la tristeza por dejar el Sahara y a muchos amigos que fueron parte importante en un periodo de nuestras vidas, hoy gran parte de ellos están en esta web.

1) Mi “primera manifestación”, muchas veces he pensado en una vieja canción de un cantautor catalán cuya letra hace referencia a su “primera manifestación” ante lo que entonces llamábamos “los grises”, en la que describe como que el primer golpe fue en la cabeza y para él, la similitud conmigo estriba en que Zopeque, hijo único, estudiando y trabajando desde la mas tierna edad en un negocio familiar cada vez mas dependiente de mi presencia por enfermedad de mi padre, sin estar en absoluto “viajado”, es decir que no había salido nunca de casa, con una idea de la Mili muy de proximidad y visitas periódicas a mi familia y novia, me encuentro, de repente, con un destino que, a priori, me sonó a exótico y preocupante, seguro que ¡eso no me podía pasar a mí!, pero me sucedió y muchas cosas mas que también sucedieron a compañeros de esta web.
Realmente recomponer mi situación familiar respecto al negocio fue necesario y abandonarlo complicado, comentarios que he leído en esta web razonan con fundamento lo económicos que resultábamos para el sistema que nos empleaba en el Servicio Militar Obligatorio y lo inútil que podían resultar las alegaciones o el solicitar daños y perjuicios por todo lo que dejábamos atrás, en una época, no lo olvidemos, que un “duro” era un “duro”, quiero decir que a nadie, o al menos a algunos, nada nos sobraba.
La familia, yo también, estábamos muy preocupados por lo incierto del destino y como la vida esta llena de pequeños detalles seguidamente hago mención de algunos de ellos: Una prima de mi padre me preparó un pequeño neceser de ropa, cosido a mano, con todos los útiles de costura y que aún conservo; mi madre me hizo unas bolsas de ropa en los calzoncillos para poner el dinero y asegurarse que no me lo robaran; mi padre me abrió una “Libreta en Correos” por aquello de “los giros”, la Sra. María de la pescadería del mercado, que me quería mucho, me buscó un contacto en el BIR, el hijo de una clienta, un instructor de BCN para que me echara una mano, debo decir que siempre agradecí que a mi llegada al BIR alguien preguntara por mí, luego, además, los instructores hicieron un sorteo, entre los reclutas de la Cia., de una cámara de fotos y “casualmente” me tocó a mí, creo que en esta ocasión la “suerte Mulana” fue un tanto preparada.

2) “El viaje”, como ya se ha hablado mucho y bien en esta web sobre hechos que creo son comunes a todos nosotros yo solo expresaré sensaciones y pequeñas cosas que habitan en mi recuerdo. Por mi expreso deseo quise que solo viniera a despedirme mi novia, hoy mi esposa, salimos desde la Estación de Francia de BCN vestidos “de paisano”, serían las 7 de la tarde, creo que casi todos estábamos “acongojados”, teníamos “los congojos” por corbata, utilizaré estas dos palabras para no herir a nadie, llegamos al cuartel de Madrid sobre las 8 h. de la mañana, cuartel en ruinas, o así lo parecía, en Getafe…..no recuerdo su nombre, pero sí que recuerdo que hacía un frío de mil demonios.
Allí nos hacinaron en unas medio derruidas dependencias y fue cuando empecé a darme cuenta de que “aquello” acababa de empezar, por recordar, recuerdo las vacunas, íbamos en fila y unos sanitarios nos clavaban las agujas y mas adelante otros sanitarios nos “enchufaban” la vacuna, en el trayecto algunos compañeros caían desmayados, recuerdo también la bolsa de plástico que nos dieron para sustituir a las maletas que llevábamos y que a duras penas tenía capacidad para albergar todos los objetos inútiles que la familia, con todo cariño y buena voluntad, me obligó a llevar.
Al día siguiente partimos desde la base militar de Getafe hacia El Aaiún, creo recordar que fue en un Fokker, este “aparato” disponía de unos bancos de madera y unas cintas en el techo para sujetarse, como era mi primer viaje en avión debo decir que no lo he olvidado nunca, creo que la cámara de descompresión no estaba entre el equipamiento del “aparato” y yo tenía la sensación de que me iban a estallar los tímpanos, el ruido era ensordecedor, para ser mi primer vuelo debo calificarlo como “acongojante”. Algo que no se me ha olvidado fue el “catering” para el viaje, el bocadillo de pollo y los huevos duros ni los probé, pero si recuerdo un compañero que era de BCN, creo se llamaba Pons, fuerte y grueso que mientras yo me encomendaba a La Moreneta, él se zampó, con un gustazo digno de admirar los bocadillos propios y los de alrededor, para animar algún compañero soltaba el rumor de que uno de los “aparatos” que nos precedían había tenido que hacer un aterrizaje de emergencia en el camino y como aquel “aparato” tenía mas que motivos de sospecha pues…….., luego, a lo largo de mi vida, con tantos vuelos a mis espaldas, no puedo evitar recordar el primero.

3) “Llegada al Aaiún”, recuerdo como algo especial la bajada por la escalerilla del “aparato” con la bolsa de plástico a cuestas, creo que después de ver en esta web las fotos de otros compañeros y la mía en esa guisa no puedo por menos que pensar que la imagen que dábamos bajando del avión era digna de una película de Berlanga.
En la pista del Aeropuerto nos esperaban los Legionarios para “captar” voluntarios, me sorprendió como algunos compañeros ya tenían claro alistarse y como yo tuve que escabullirme de los insistentes argumentos de los compañeros Legionarios, pues aunque hubiera argumentado que yo estaba allí contra mi voluntad y que uno de los consejos de mi padre fue que voluntario a algo en la Mili mejor que no, estoy seguro que no le hubiera interesado a nadie, la verdad es que las figuras de aquellos militares a pecho descubierto, vestidos impecablemente, de porte elegante, la mayoría con barba arreglada, etc., daban la sensación de un Cuerpo de Elite y de pasárselo la mar de bien.
Habíamos pasado en unas horas del frío de Getafe a una brisa de calor sofocante, veníamos vestidos con ropa inadecuada, demasiada ropa, y empezamos a despojarnos de ella para adaptarnos al clima Sahariano.

4) “Llegada al BIR”, llegamos en los camiones y el primer sonido que recuerdo era de motores, luego pude saber que eran generadores de energía, este sonido me acompañó durante todo el campamento, allí nos distribuyeron en las distintas Compañías y mi “contacto” se interesó por mí siendo asignado a la 2ª Cia., todo esto sucedía en Enero de 1972.
Ahí un instructor, “El Canario”, nos dijo que ropa de civil no quería ni verla y o la enterrábamos en la arena o el nos haría un favor llevándosela, yo le di todo lo que tenía y me imagino que el haciendo su negocio se quedó la mar de feliz.
Una vez fuimos ubicados en los barracones, asignado el ajuar y apercibidos del reglamento, debo decir que mi estancia en el BIR fue llevadera, las incomodidades e inconvenientes de la falta de higiene, sin lavabos, las margaritas del desierto, sin agua, lavado de la ropa en la playa, lavado con la escoba de las cazuelas, recipientes del chocolate, etc, , instrucción, marchas, duna, etc. no es óbice para reconocer que tuve que adaptarme rápido a todo este entorno pero no lo pasé mal, el poder de adaptación del ser humano y además joven es infinito .
Como he dicho al principio de mi relato casi todo nos ha pasado a todos, por lo tanto no voy a extenderme, si quiero contar aquello que me sirvió de lección:
En el Ejército no hay ladrones, primera lección, me “cogieron prestada” primero la gorra y después los cubiertos, en el primer caso, y gracias a un compañero que sabía mas que yo tuve dos gorras por el mismo medio que me robaron la gorra a mi, es decir por el truco de la ventana: ¡eh! ¡eh!….te la cojo prestada y a correr, con los cubiertos la solución la tuve en la Residencia de Suboficiales cuándo estuve de “exámenes”.
Los “exámenes del BIR”, guardo en mi mente, con especial cariño, el examen de conducir, recuerdo a un Brigada de Automóviles que consiguió que aprobáramos todos los presentados y quedó a muy alto nivel delante de su Capitán, el proceso fue el siguiente: Quiero que todos Uds. aprueben, no voy a tolerar un suspenso, y para conseguirlo les voy a dar las preguntas y las respuestas, ¡mucho cuidado con lo que hacéis!, aún así sé que algún inútil no va a ser capaz de copiar bien y me va a fastidiar…….a ese lo voy a “empurar”. Era un tipo simpático, estupendo y con mas Mili que “Cascorro”, yo obtuve mi carnet Militar de conducir……automóviles, lo de los dromedarios vino después.
Me asignaron en una ocasión a la Residencia de Suboficiales para el servicio de la Compañía y allí de camarero, recuerdo a un Brigada que nos hizo un examen para que alguno de los que habíamos ido nos quedáramos fijos de camareros, el examen consistía en una serie de preguntas fáciles, pero yo fallé en una: ¿qué es un biberon?, luego supe que era café con leche condensada, ¡cachís!…suspendido y no me quedé de camarero. Allí en la Residencia de Suboficiales del BIR conseguí tomar prestados dos juegos de cubiertos que me salvaron del problema que tenía comiendo con las manos.

5) “Mi primer y único “sopapo” fue en el BIR”, los ejercicios de las marchas y sobre todo la famosa Duna fueron especialmente duros, recuerdo con especial “cariño” a un Cabo Primero reenganchado de St. Boi, BCN, muy bajito, que le “iba el folio” mas que a John Wayne, tenía un tic en la boca cuando gritaba, por que no hablaba, que pretendía dar miedo a los interlocutores, ahí me di cuenta que en la Organización en que me habían metido mas de una vez me mandaría o tendría que recibir órdenes de un imbécil, no lo tengo anotado en mi libreta, lo recuerdo perfectamente.
Recuerdo que en los ejercicios el esfuerzo era tremendo, especialmente en la Duna, en mas de una ocasión un compañero grueso cayó desfallecido y este Cabo 1º no paraba de chillarle e insultarle, este compañero estaba lívido y a punto de un espasmo, la escena la recuerdo como especialmente dramática y reflejo de algunos ejemplares de la fauna Militar.
Mi primer y único “sopapo” fue a causa de la suciedad de mis pantalones, a la Compañía le toco servicio y a mi cocina, los que hicieron cocina en el BIR alguna vez conocen el duro trabajo que eso representaba, yo fregué y lavé, como pude, gran cantidad de utensilios de la cocina con la escoba y en la playa, acabé agotado y con mis pantalones muy manchados y difícilmente podía resolver el dejarlos medianamente limpios, estuve en la playa con “OMO” dándole y dándole y restregando el cepillo y vuelta a dar, pero con el agua salada era prácticamente imposible limpiar las manchas de aceite y suciedad de mis pantalones, solo se que se quedaban tiesos como el cartón y poco mas.
Llegó la formación de la noche y como siempre el Cabo 1º de St. Boi, BCN, pasó revista y lista, dándose la vuelta por la formación se fijó en mis pantalones y con el tic bucal superlativo me soltó una bronca descomunal y acto seguido un “sopapo” con todas sus fuerzas, este acto de valentía en funciones de servicio espero que le sirviera para, como mínimo, un ascenso en su carrera de “chusquero”.

6) “La bocacha apagallamas” y la sensación del infinito, debo confesar que ni antes ni ahora tengo afición a las armas, es mas, me causan mas bien grima, en este estado de cosas recuerdo los cursos del despiece del Cetme, bajo el cañizal de los pasillos del BIR, y una pieza inolvidable: “la bocacha apagallamas”, es la única pieza que recuerdo y no estoy seguro si era del Cetme, algún compañero me lo aclarará, también recuerdo mi primer disparo y el retroceso del Cetme en mi hombro con el consecuente dolor que me produjo, a partir de ahí y como consecuencia de mi poca afición a las armas y armamentos fui de los últimos en los ejercicios de tiro…….siento confesarlo.
Durante el viaje al Aaiún, en el “aparato”, y una vez pasadas unas semanas en el BIR, sentí fuertemente la sensación y la medida del infinito, contemplar el paisaje del desierto con su inmensidad era una sensación nueva e indescriptible, a lo largo de mi vida sobrevolando Egipto o Países del Medio Oriente siempre he experimentado esas mismas sensaciones del infinito.

7) “La PT y su disciplina” , la primera vez que vi “funcionar” a la PT en el BIR me quedé anonadado, cuándo vi que ese era el ritmo para todas sus actividades me quedé alucinado….. y pensé: “Zopeque de la que t’as librao”, algo que recuerdo, por encima de todo, era la forma en que entraban en el comedor, corriendo y ya en la mesa parados y corriendo, pegando fuertemente patadas en el suelo y a la voz de mando….a la mesa, todo el día corriendo, ¡que tíos!, ¡que Mili!, ¡como cantaban voluntariamente!, nosotros cantábamos “Margarita se llama mi amor”, una chica, chica, chica pum del calibre 133…..pero como ellos no, después de verlos yo no tengo ánimos para quejarme de lo que yo pude padecer, mi admiración y reconocimiento para todos los compañeros de la PT del Sahara, espero que algún día dejaran de correr.

8) “El TEST del BIR” , no se si alguien recuerda el test que se realizaba en el BIR, yo conseguí saber que a partir del mismo se definía las capacidades y oficios de cada uno y en consecuencia el destino que finalmente se le iba a asignar, siempre me he preguntado si aquel test tuvo algo que ver con asociar mis condiciones al destino que me “toco”, debieron ver que yo era un “tipo duro”, no creo que fuera mi físico pues en aquella época yo estaba famélico.

9) “AARGUB ATN II”, recuerdo muy pocas cosas sobre mi fugaz paso por Aargub, llegamos después de un largo viaje en los camiones, creo Pegaso Comet, dando tumbos en la caja del camión y con el trasero molido, las pastillas no fueron muy pesadas y el confort del Cuartel de ATN hacía presagiar un futuro de lo mas prometedor, luego, al poco tiempo, vino el traslado a Bir Nzarán y la vuelta a una realidad que ya he explicado en un relato anterior.
De Aargub recuerdo como especial aspecto humorístico las revistas nocturnas, había un Sargento que tenía un nombre ¿“Rommel”? que los veteranos hacían lo posible por machacarlo, él tenía la pose de la marcialidad pero la primera vez que oí una ventosidad en formación me quedé alucinado, luego ya supe que aquello, el Sargento, era la diversión del día, el se ponía furibundo, colérico y yo pensaba: este tío nos manda al paredón, mientras los veteranos se desternillaban de risa.
Recuerdo también un día que intenté escaquearme del servicio y fingí dolor de cabeza, migraña, ¡ay!, ¡ay!, el sanitario no tragó, espero que no fuera Juan, y me mandaron a limpiar vehículos al parking y luego a pelar patatas y luego……., dejé definitivamente lo del “enfermo imaginario” para Molière.
Mi estancia en Aargub fue muy confortable y la añoré profundamente en Bir Nzarán, el cuartel de Aargub disponía de unos equipamientos estupendos, la comida mas que aceptable y el ambiente era muy bueno.
Un aspecto que quiero hacer mención es el paisaje, hoy destino turístico en el Sahara, la costa de Aargub es magnífica y muy rica en pesca, recuerdo que el Tte. Coronel era muy aficionado a la pesca y de vez en cuando nos cedía, a la tropa, una buena cantidad de pescado al que llamaban “Berrugatos”, nunca he sabido que tipo de pescado era pero estaba muy bueno.

Con todo mi aprecio a los Saharianos y a todos aquellos que les pueda interesar este relato.

Brugal Zopeque, José Luis. (B) 07-07-2008
ATN II
Aargub, Bir Nzarán. 1972-1973


Otros relatos del mismo autor:
Relato 056.- “RECUERDOS DE BIR NZARAN, ATN II, 1972-1973”
Relato 057.- “FRASE BEDUINA …”