“EL CORONEL DEL TERCIO VISITA CABRERIZAS”

26 de Marzo del 1974, este día, el cuartel de Cabrerizas de Cabeza de Playa tenía que pasar al Tercio (al parecer volvía a ser “sede” de corrigendos) al trasladarse el Batallón al nuevo cuartel (Cabrerizas II). Como sea que el cambio se había retrasado, el Coronel del Tercio decidió, no obstante, visitar el cuartel y comprobar en que estado se encontraban las instalaciones. El día antes se habían sacado los trastos que afeaban la estética, ubicándolos provisionalmente fuera del muro norte quedando escaqueados entre este y la pequeña duna que se formaba por el rebufo del viento al chocar contra la pared.
Bidones, cajas vacías, ángulos oxidados, maletas vacías de suboficiales (estos dormían en un dormitorio común al que ellos mismos habían bautizado con el nombre de “Villamendigo” y que era similar a los nuestros, con la diferencia que en lugar de estar ocupado por cien individuos, lo estaba por alrededor de diez y, además, disponían de taquilla, increíble ingenio que nosotros conocíamos por referencias, ya que durante oda la mili, nuestro único armario fue el petate). Junto a los trastos descritos se amontonaron diversos objetos inútiles que con el tiempo se habían ido guardando quedando todos ellos bajo la amenaza de ser prontamente cubiertos por la arena que arrastraba incansablemente el molesto y pertinaz viento del norte.
Media hora antes de la llegada del jefe legionario, Nuestro Teniente Coronel ordenó que todos la tropa que se encontrase fuera de servicio y sin destino (al haberse acabado recientemente el nuevo cuartel, más de cien soldados lo estaban), saliese por la puerta trasera (norte) y se escondiese junto a los trastos que se habían sacado el día antes. Se trataba de ofrecer una buena imagen al Coronel.
Llegó el Jefe legionario y se paseo por dormitorios, comedor, cantina, los calabozos de la cárcel (lugar donde durante varios meses había sido mi furrilería, armería y almacén de material de la 2ª compañía); cuando la comitiva del Coronel y jefes y oficiales de Cabrerizas que le acompañaban pasaba frente a la puerta norte, el mando del Tercio dijo: “Quiero comprobar que efecto produce la arena en el muro norte del cuartel, por favor, abrid la puerta”; si en aquel momento pinchan a los mandos de Cabrerizas, no sale sangre, pues estoy seguro que se les había helado ¡tanta preparación para hacer el mayor de los ridículos!
Cuando el Coronel traspasa la puerta, contempla un nutrido grupo de soldados sentados y tumbados por la arena entre las “andróminas” sacadas del cuartel, la tropa al ver aparecer de forma súbita al sequito, se levanta y se pone firmes en posición de saludo, el Coronel les devuelve el saludo y dice: “No os preocupéis chavales y seguid con lo vuestro”.
Durante varios días el suceso fue la chirigota y tertulia de la soldadesca, tanto por el aspecto humorístico como por la grotesca situación en la que se encontró nuestro rígido Tte. Coronel de Cabrerizas.
Las maletas de los suboficiales y parte de los trastos, todos ellos adecuadamente “sazonados” de arena sahariana, fueron entrados al cuartel; el resto cargados al camión y tirados al basurero que muchos reclutas del BIR conocieron.
Dibujo efectuado por mi de la entrada del cuartel. Las ventanas de la izquierda corresponden al cuerpo de guardia, en el centro el patio de armas con el monolito y la bandera, detrás la cantina y comedor, al fondo a la derecha se aprecia una torre almenada, a su izquierda está el muro norte el -cual no se ve-, lugar donde pasó la anécdota que acabo de relatar.

Marín Ausín, Albert. (T) 29-12-2006
Infantería.
Cabeza Playa, Bu Cráa. 1973-1974
Cabo Furriel de Agosto del 73 a Enero del 74 en la 2ª Cia. de Cabrerizas.


Otros relatos del mismo autor:
Relato 026.- “UN DÍA EN EL BATALLÓN DE CABRERIZAS”
Relato 028.- “EL CORONEL DEL TERCIO VISITA CABRERIZAS”
Relato 029.- “MI TRASLADO AL SAHARA”
Relato 063.- «EL CENTINELA DE ATLAS”
Relato 068.- » ‘EL CARROMATO’ DE BUCRAA”
Relato 073.- «EL CAPITÁN Y EL FURRIEL”